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El CAF lanza la nueva Guía de intervenciones en espacios públicos, Qué debemos saber?

Actualizado: 23 may 2023


El Banco de Desarrollo de América Latina-CAF, lanzó la nueva guía de intervenciones en espacios públicos, esta guía busca establecer una hoja de ruta para intervenir los espacios públicos bajo un enfoque de integralidad, en el marco del cumplimiento de los compromisos asumidos ante las Naciones Unidas con la firma de la Agenda 2030 y la Nueva Agenda Urbana.


América Latina y el Caribe han vivido un acelerado proceso de expansión urbana en las últimas décadas, lo que ha generado múltiples desafíos en materia de planificación urbana; La pandemia de COVID-19 acentuó estas falencias, en especial en el contexto de los estratos socio-económicos más bajos, donde hay una gran dificultad para acceder a un hábitat y servicios de calidad.


En este contexto el espacio público adquirió mayor importancia, por su contribución en la creación de una vida urbana saludable. Esto nos plantea la gran necesidad de recuperar y fortalecer las condiciones físicas de los espacios públicos y así mismo una conciencia de la responsabilidad que trae consigo el diseño de nuestro hábitat.


La guía nos brinda algunas pautas para repensar el papel de los espacios públicos en la mejora integral de las ciudades latinoamericanas, estas son algunas de ellas:


  • Valorar la participación ciudadana. Quizá una de las equivocaciones mas frecuentes de las herramientas tradicionales de planeación y diseño urbano es no considerar la opinión de los ciudadanos antes de desarrollar el proyecto, como consecuencia estos no siempre responden a las necesidades reales de los usuarios y grandes inversiones fracasan. La participación contribuye a la creación de espacios democráticos, los canales de comunicación deben ser capaces de integrar las condiciones culturales, religiosas y políticas de la población en una propuesta de intervención de calidad técnica.

  • Ver el espacio público de calidad como una inversión. El espacio público ha sido erróneamente catalogado como espacio no productivo de la ciudad, esto debido al desconocimiento que se tiene del impacto que tienen los espacios públicos en el valor del suelo de su entorno, así mismo su contribución a la economía informal, que encuentra en estos lugares un entorno productivo.

  • Entender que las calles son el principal espacio público de las ciudades, y deben ser repensadas para los ciudadanos, no para los vehículos. Las calles constituyen no solo espacios de transito, sino también de encuentro, tejen la vida pública de las ciudades.

  • Crear relaciones sinérgicas entre los procesos de urbanización y los sistemas ecológicos existentes. Las infraestructuras verdes son articuladoras de la forma urbana.

  • Organizar los elementos concretos que al relacionarse entre si, puedan satisfacer las necesidades de recreación, movilidad, participación, vínculos sociales, protección ante desastres naturales, empleo y salud.

  • Garantizar la vida colectiva o vida pública a través del espacio publico fomentando las relaciones de proximidad entre las personas.



El imaginario urbano contemporáneo parte de las experiencias que nos ofrecen los lugares donde caminamos, jugamos, conversamos, nos encontramos, trabajamos y nos divertimos en colectividad: los parques, alamedas o áreas verdes, las calles, veredas, esquinas o escaleras, pequeñas y grandes áreas de uso colectivo, donde la vida pública se hace evidente.

El equipo de la iniciativa Ciudades con Futuro, de CAF, junto con la intendencia de Córdoba (Argentina), realizó un Taller de Acceso a Oportunidades, con el fin de identificar problemáticas y formular soluciones a la falta de acceso a bienes y servicios de la ciudad, esto fue posible a través de la geolocalización de los servicios disponibles, (espacios verdes, fuentes de empleo, hospitales, escuelas, etc.), confrontado con los lugares de residencia de los diferentes grupos sociales. Uno de los resultados mas consistentes fue que en términos de acceso a las areas verdes; a mayor ingreso, mayor acceso a áreas verdes; Por lo que aun hay un largo camino en cuanto a la redistribución de las areas verdes en las ciudades y la disolución de la desigualdad urbana.


De acuerdo con Accessible Natural Green Space Standard for England (Estándar Inglés para la Accesibilidad a Espacios Verdes) todas las personas deberían tener acceso a:


  • Una superficie de al menos 2 hectáreas, a no más de 300 m lineales de distancia (5 minutos caminando) de su vivienda.

  • Por lo menos un parque de 20 hectáreas dentro de un radio de 2 km.

  • Un área accesible de 100 hectáreas en un radio de 5 km.

  • Un área accesible de 500 hectáreas a menos de 10 km

  • Al menos 1 hectárea de reserva natural por cada 1.000 habitantes en la ciudad.


Cada espacio público cumple una dimensión distinta según su escala y en consecuencia tiene un impacto particular dentro de la ciudad. En América Latina, las ciudades se han desarrollado convencionalmente a partir de una plaza central, donde se concentraba la actividad política, comercial y social de mayor importancia. En la mayoría de los casos estas centralidades se han convertido en zonas económicas estratégicas, que conservan el mayor y mejor equipamiento urbano. En contraste las periferias, que producto de la falta de planeación urbana son escasas en servicios, equipamientos y espacios públicos.



En una escala barrial o vecinal, los vecindarios deben contar con una red de espacios públicos con características conforme a su ubicación y las actividades que ocurren a su alrededor, con el fin de potenciar las dinámicas existentes y enriquecer la vida pública.


Cada banco, cada poste de luz o acera es la oportunidad de tejer relaciones humanas en el espacio público. Por lo tanto es vital repensar los espacios públicos en función de las personas y las diferentes formas en las que pueden habitarlos, facilitando su uso sin restricciones, sin importar la edad, género, procedencia, nacionalidad, orientación sexual, raza y capacidades motrices. La facilidad del uso y disfrute del espacio público, permitirá que el mismo sea un lugar atractivo y seguro, atrayendo a nuevos usuarios.


Los buenos espacios públicos potencian, de forma adecuada, las dinámicas sociales. Su gestión debe asegurar que este sea un lugar atractivo y seguro para quienes hacen uso de él y las actividades que se desarrollan allí o a su alrededor.

La calidad del espacio público dependerá de su habitabilidad, es decir, de su capacidad de brindar las condiciones suficientes para atender las necesidades tanto individuales como colectivas.


Todos los espacios públicos habitables reúnen las siguientes características:

  • Versatilidad y seguridad: El espacio público debe ser capaz de ofrecer equidad en su uso, un tipo de mobiliario urbano no responde igual a las necesidades de confort de un adulto mayor, un niño o una persona con movilidad reducida, por lo que es necesario contemplar en un mismo espacio público diversos tipos de mobiliario, mientras más personas permanezcan en los espacios públicos, mayor será la percepción de seguridad. Por el contrario los espacios públicos vacíos son facilitadores de inseguridad.

  • Condiciones ambientales y de confort: Los espacios públicos deben ofrecer confort sin importar el momento del día o época del año. El clima siempre es una variable a tener en cuenta, por lo que contemplar espacios de sombra y protección hacen de un espacio público un lugar atractivo.

  • Gestión y participación: Un espacio público gestionado y protegido por sus habitantes en colaboración con las entidades locales y municipales, será un espacio sostenible en el tiempo, ya que permite que en base a la experiencia de sus usuarios mas frecuentes, es decir los vecinos y vecinas, este se pueda transformar y fortalecer conforme a las necesidades.



Por lo tanto las intervenciones en el espacio público deben responder a diferentes dimensiones; La física, que reúne las cualidades espaciales y los elementos que facilitan el uso de mismo; La social, que estudia a los usuarios que habitan el espacio y la forma en la que le dan uso y la dimensión política que comprende el valor simbólico del lugar. La visión de un espacio público en un sentido integral garantizará un producto de planeación o diseño urbano adecuado.


 

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